A las orillas de un correntoso río cordillerano,
cuyo nacimiento estaba en un tranquilo lago encerrado entre montañas nevadas,
vivía una tribu de indígenas mapuches.
Quintral, hijo del cacique, era un apuesto joven al que le gustaba
recorrer la orilla del río cazando y pescando; y así llegaba hasta el
brillante espejo del lago.
Fue en uno de esos
paseos que conoció a Amancay,
una hermosa y sencilla muchacha, quien se enamoró de aquél joven apuesto y
valiente. Pero esos sentimientos de mutua atracción se transformaron en amor
irrealizable, puesto que una muchacha de origen humilde no podía pretender al
hijo del cacique. De esta manera fue pasando el tiempo, hasta que un día
llegó hasta ellos una epidemia que comenzó a diezmar la tribu, cayendo
enfermo el joven indígena. Ante la imposibilidad de lograr su mejoría, y
enterada Amancay,
consultó a una Machi (curandera), quien le confió el secreto para obtener el
remedio. El mismo consistía en una infusión preparada con una flor que crecía
en las cumbres heladas.
A sabiendas del peligro que corría, pero
impulsada por el amor hacia el joven, Amancay
se lanzó a la temeraria empresa, logrando su fin. Ya en el descenso, feliz
por haber logrado su cometido, al pie de una hermosa cascada, vio cernirse
sobre ella la amenazante figura del cóndor,
quien le exigió que abandonara la preciada flor. Ante la negativa de Amancay,
propuso a ésta que le dejase en cambio su corazón, lo cuál aceptó la joven
sin titubear. El rey de las alturas se alejó con el pequeño corazón entre sus
garras, emprendiendo vuelo hacia su morada, tiñendo de gotas rojas su camino,
con la sangre que manaba del corazón. Y en aquellos lugares regados y
vivificados con la sangre de aquella indiecita, fue creciendo una preciosa
flor de varios pétalos, bella como su origen, teñida con gotas rojas de la
sangre que había sido derramada en ofrenda a aquel sentimiento, queriendo
pregonar de esta manera, un mensaje de amor por todos los valles y montañas
de la cordillera.
|
martes, 19 de noviembre de 2013
LA LEYENDA DEL AMANCAY
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario